La técnica en el Control Remoto.

No hay dudas que los llamados “ Control Remoto” son muy eficaces cuando se trata de transmitir un acto público ya sea de carácter político, social, cultural o deportivo. En estos casos es muy conveniente y se toman todas las previsiones para que la transmisión sea óptima, aunque por supuesto, no faltan los imprevistos, y los sustos y los errores no siempre están ausentes.
Para que ese tipo de transmisión sea de calidad óptima se hace por Frecuencia Modulada (FM), que permite una gran nitidez en la transmisión del sonido. Pero como en Cuba esta facilidad no está a disposición de todas las emisoras esta opción se emplea en ocasiones especiales.
Otra técnica para el Control Remoto, es la llamada Línea de Radio (LR) que permite utilizar dos líneas en una transmisión (TX y RETORNO) No tiene tanta calidad como la (FM) pero resuelve con dignidad.
La tercera opción, y la más empleada en Cuba, hasta este mes de julio del 2010 es a través de una línea telefónica, comúnmente llamada “cuatro hilos”, que cuenta con dos líneas de transmisión y dos de recepción. Aquí la calidad depende de cómo estén estas líneas, y si tienen o no ruidos parásitos.
Conocedores de este problema de la transmisión y como afecta a la calidad los realizadores cuando van a hacer un Control Remoto suelen dejar en la cabina de la emisora parte del colectivo: un locutor y el operador de audio. El primero seguirá con su labor habitual y ante cualquier posible eventualidad continuará al aire con el espacio. Mientras, que el operador en coordinación con el técnico del remoto conmutará los micrófonos para salir al aire, y transmitirá la música, los spot y los comerciales.
La música nunca se transmite por el Control Remoto, salvo que se emplee la línea FM porque la calidad será pésima.
A las dificultades de las líneas se suma el no contar con un local con todas las condiciones acústicas necesarias. Muchas veces no se pueden impedir ciertos ruidos que llegan desde la calle, desde el mismo sitio donde se hace el control remoto, y algún que otro teléfono que suena justo en el momento menos indicado.