Es
válido el
reclamo de que todos tenemos el derecho a expresar nuestras ideas, a
criticar o
elogiar. Libertad de expresión que no
sea limitada por aquellos que sustentan el poder. Ahora
bien la libertad de publicar esas ideas descansa en las
manos de los dueños de los órganos de prensa quienes determinarán si se publica o no.
Por
fortuna existen diversas vías para
publicar. Internet las abrió. Cualquier
persona, sea periodista o no tiene
en sus manos la posibilidad de
publicar en la red ya sea un
texto, una foto, un video. Ya no están en manos exclusivas el poder de
la
publicación, ahora ese poder lo tenemos todos y hay que aprovecharlo.
Si no
le publican en su emisora puede tener un
un blog donde sus opiniones no
son censuradas. Lo que trae otro
conflicto no puede tener un blog donde exponga
criterios y un programa de radio donde tenga que respetar límites
y
acate posiciones diferentes a las que sustenta en su sitio personal. Ni en un blog ni en opiniones personales
entre amigos y familiares. La doble
moral tiene en el sector un efecto
devastador. Perderá la credibilidad y la confiabilidad, entonces el
resultado
es catastrófico. El periodista no es
una moneda de dos caras. Debe, entonces, seguir una línea consecuente . Debe mantener una línea de respeto
profesional hacia si mismo y hacia sus oyentes o lectores. Si en la
emisora
defiende una idea, en su blog no puede escribir lo contrario o se
convertirá en
un verdadero farsante.